Cuatro asistentes de campo de Taboga (Wil, Elena, Vasco y Lorena) visitaron la Escuela de San Luis en Cañas para llevar a cabo una mañana de actividades con los estudiantes. La escuela estaba compuesta por 60 estudiantes sumamente enérgicos, de entre 5 y 11 años, ansiosos por aprender sobre el mundo de los capuchinos. Hicimos una presentación que incluía varios videos que mostraban los distintos comportamientos de los capuchinos de cara blanca y, luego, utilizando grabaciones de vocalizaciones, realizamos una clase sobre cómo hablar el “idioma capuchino”. Esto incluyó una competencia para ver quién podía hacer la mejor imitación del llamado de pérdida, el sonido de comida, el “twitter” y el “coo”, lo cual, combinado con una paleta como premio, dio lugar a competidores muy entusiastas. Hubo algo muy conmovedor en escuchar a todos los niños vocalizar un “coo”, el sonido que utilizan las crías de capuchino para llamar a sus madres.
Jugamos un juego para enseñar sobre las dietas de los capuchinos, entregando a cada estudiante una foto de un alimento que debían decidir si pegaban en el cartel de un mono o en el cartel de un basurero. Los alimentos incluían frutas, plantas y varios productos de comida chatarra. Muchos estudiantes se horrorizaron al enterarse de que la dieta de los capuchinos incluye pequeños mamíferos como las ardillas. Para enseñar la lección de que, aunque un alimento sea apto para monos, los humanos no deben dárselo, las imágenes que incluían una mano humana con un plátano debían colocarse en el basurero.
Después, se jugó una partida muy animada de Bingo del Mono de Taboga. A través de este juego, los estudiantes aprendieron un poco sobre cómo diferenciamos a cada mono por sus rasgos faciales. Y finalmente, se llevó a cabo una sesión de coloreo de caras de capuchino, que resultó en una variedad de capuchinos con caras azules y verdes por parte de los estudiantes más pequeños, y capuchinos de cara blanca con colores más realistas por parte de los estudiantes mayores.
En general, fue una mañana muy gratificante y divertida para todos nosotros. Ver a los niños entusiasmados por una especie que nos importa tanto siempre es algo refrescante. Y con suerte, conocimos a algunos futuros candidatos para ser asistentes de campo en Taboga. Esperamos poder visitar más escuelas locales y realizar más actividades de divulgación como esta.